LIBRO DOCTRINA ANTIDROGAS
Comparto la publicación de la última obra de mi autoría, en dode se abordan temas de interés relacionados con la prevención, investigación y combate del Tráfico Ilícito de Drogas, para operadores de justicia, académicos, padres de familia, tutores, docentes y público en general.
Si bien es cierto que en el tráfico ilícito de drogas, la motivación principal es la
obtención de grandes réditos económicos, también es preciso señalar, que el
reproche social y por ende la conducta criminal estriba en la “promoción”,
“favorecimiento” o “facilitamiento” del consumo
ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes
o sustancias psicotrópicas, a través de diferentes actos, dentro de ellos el
“tráfico”, que per
sé puede embargar transporte,
distribución o entrega y no necesariamente tener connotación económica.
Marihuana, es un nombre trivial
que aplica al producto vegetal seco dispuesto para consumo como droga de la
calle para fines recreativos, que como fenómeno, trasciende contra la salud
pública, que el Estado tiene la obligación de proteger. La marihuana proviene
de la planta de la especie cannabis sativa; en nuestro medio se encuentra
criminalizada por su alto contenido de Tetrahidrocannabinol (THC), a diferencia
de la cannabis índica, que la mayoría entiende corresponde a otra especie del mismo
género cannabis, que es rica en Cannabidioles (CBD) a la cual atribuyen
propiedades medicinales y no está criminalizada. De este modo agregar el término
“medicinal” a la marihuana, resulta contradictorio en esencia y no es apropiado
para el léxico especial, como tampoco resulta lógico buscar la legalización de algo
que no es ilegal. El origen natural de la marihuana, no garantiza inocuidad en
su uso. No todo lo que produce la naturaleza se puede usar en la medida como
aparentemente está expuesta, como el caso del denominado “culantro”, que sirve
como aderezo, pero en mayor cantidad es tóxico, derivando en el aforismo: “está
bien culantro, pero no tanto”
Nadie sabe cual es su nivel de
resistencia y tolerancia, física y psicológica, frente a una provocación
dañosa, por más placentera que parezca, por consiguiente, la mejor decisión que
prevenga el consumo ilegal de drogas, es saber inteligentemente decir NO en la
primera oportunidad, antes que ésta sea la última.
Tanto las drogas como las personas
que las consumen o se encuentran bajo sus efectos, desarrollan una serie de
patrones de conducta y rasgos característicos que sin hacer mayor esfuerzo, de
modo natural los delatan. Lo único, hay que saber interpretar las señales y
luego tener la paciencia y fuerza para actuar adecuadamente, a fin de
confrontar el problema para buscar la mejor solución.
La rutina en el ejercicio de la
administración de justicia y la manera tradicional de transmitir conocimiento
empírico de “oídas”, nos ancla al cumplimiento de procedimientos y protocolos
distorsionados o en otros casos desfasados, confundiendo términos u
otorgándoles connotación distinta; sólo hace falta un poco de dedicación a la
lectura y a elucubrar en sus propios descubrimientos.
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