lunes, 1 de mayo de 2017

Libro Doctrina Antidrogas

LIBRO DOCTRINA ANTIDROGAS
Comparto la publicación de la última obra de mi autoría, en dode se abordan temas de interés relacionados con la prevención, investigación y combate del Tráfico Ilícito de Drogas, para operadores de justicia, académicos, padres de familia, tutores, docentes y público en general.


Si bien es cierto que en el tráfico ilícito de drogas, la motivación principal es la obtención de grandes réditos económicos, también es preciso señalar, que el reproche social y por ende la conducta criminal estriba en la “promoción”, “favorecimiento” o “facilitamiento” del consumo ilegal de drogas tóxicas, estupefacientes o sustancias psicotrópicas, a través de diferentes actos, dentro de ellos el “tráfico”, que per sé puede embargar transporte, distribución o entrega y no necesariamente tener connotación económica.

Marihuana, es un nombre trivial que aplica al producto vegetal seco dispuesto para consumo como droga de la calle para fines recreativos, que como fenómeno, trasciende contra la salud pública, que el Estado tiene la obligación de proteger. La marihuana proviene de la planta de la especie cannabis sativa; en nuestro medio se encuentra criminalizada por su alto contenido de Tetrahidrocannabinol (THC), a diferencia de la cannabis índica, que la mayoría entiende corresponde a otra especie del mismo género cannabis, que es rica en Cannabidioles (CBD) a la cual atribuyen propiedades medicinales y no está criminalizada. De este modo agregar el término “medicinal” a la marihuana, resulta contradictorio en esencia y no es apropiado para el léxico especial, como tampoco resulta lógico buscar la legalización de algo que no es ilegal. El origen natural de la marihuana, no garantiza inocuidad en su uso. No todo lo que produce la naturaleza se puede usar en la medida como aparentemente está expuesta, como el caso del denominado “culantro”, que sirve como aderezo, pero en mayor cantidad es tóxico, derivando en el aforismo: “está bien culantro, pero no tanto”


Nadie sabe cual es su nivel de resistencia y tolerancia, física y psicológica, frente a una provocación dañosa, por más placentera que parezca, por consiguiente, la mejor decisión que prevenga el consumo ilegal de drogas, es saber inteligentemente decir NO en la primera oportunidad, antes que ésta sea la última.


Tanto las drogas como las personas que las consumen o se encuentran bajo sus efectos, desarrollan una serie de patrones de conducta y rasgos característicos que sin hacer mayor esfuerzo, de modo natural los delatan. Lo único, hay que saber interpretar las señales y luego tener la paciencia y fuerza para actuar adecuadamente, a fin de confrontar el problema para buscar la mejor solución.


La rutina en el ejercicio de la administración de justicia y la manera tradicional de transmitir conocimiento empírico de “oídas”, nos ancla al cumplimiento de procedimientos y protocolos distorsionados o en otros casos desfasados, confundiendo términos u otorgándoles connotación distinta; sólo hace falta un poco de dedicación a la lectura y a elucubrar en sus propios descubrimientos.








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